domingo, 6 de septiembre de 2009

El guardián entre el centeno

Nunca he entendido del todo el título en español de la obra de Salinger - The catcher in the rye -. Pienso que se podía haber escogido una traducción mejor que "guardián", porque tengo que reconocer que me confunde, y pienso que a otra mucha gente también.

La he vuelto a leer en dos tardes y es una obra maestra. Pasan pocas cosas en la novela; sin embargo, está tan bien contada y el lenguaje es tan fuerte, que no deja de causar admiración la habilidad del escritor para lograr meternos en la mente de un adolescente inadaptado a partir de los primeros párrafos. El personaje de Holden Caulfield, que relata los acontecimientos en primera persona, es de los que se te quedan.

Una vez más sorprende que un escritor tan bueno no nos haya dejado mucha más obra, privándonos en cierta forma de su forma original de ver el mundo.

Una frase del libro, la cita que le da a Holden un antiguo profesor: "La señal del hombre inmaduro es que aspira a morir noblemente por una causa, mientras que la del maduro es que quiere vivir con humildad por la misma"

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