jueves, 22 de julio de 2010

John le Carré (2)

El otoño pasado escribí sobre este magnífico autor. Hasta entonces solo había leído sus novelas de la Guerra Fría, pero acabo de terminar El jardinero fiel, publicada en el 2001, y ambientada en Kenia.

Me ha parecido muy buena: por sus personajes, por la trama, por el lengüaje, por lo que implica... Es un libro valiente, que además de entretenerte no te deja indiferente.

lunes, 12 de julio de 2010

This time is different

De vez en cuando - no todos los años - sale un libro escrito por economistas para economistas que no sólo es importante, sino que ayuda a entender el mundo, a explicarte lo que está pasando; te hace desear haberlo leído antes, y consigue además en pocos meses crear opinión, iniciar un nuevo camino... Este es el caso de This time is different, subtitulado: "Ocho siglos de tonturas financieras (financial folly)".


Los autores: Carmen Reinhart - profesora de la Universidad de Maryland y asesora del FMI - y Kenneth Rogoff, profesor de Harvard y colaborador habitual del Financial Times, han hecho un extraordinario trabajo de recopilación estadística sobre euforias financieras, burbujas, crisis de crédito, riesgo país..., y llegan a unas conclusiones muy interesantes que nos hacen poder anticipar como se desenvolverá la actual crisis en la que estamos inmersos.

sábado, 3 de julio de 2010

Donna Leon

Las novelas policiacas de esta norteamericana afincada en Italia estén entre mis favoritas: poseen un parecido a las de Camilleri, pero ambientadas en el Veneto en vez de en Sicilia, y eso les da otro carácter, no solo en los ambientes y en las situaciones, sino en la forma de entender el mundo.

Aspectos que me gustan de sus libros, además del suspense de la propia intriga: (1) que te permiten entrar en la vida cotidiana - con toda su riqueza - de una familia de nuestra época a través de sus personajes: el comisario Brunetti, su esposa Paola, sus hijos adolescentes, los colaboradores - sobre todo Vianello y la signorina Elettra -; (2) el interés humano de las historias: tráfico de obras robadas, problemas de inmigración, trata de blancas...; (3) el enorme atractivo de Venecia como escenario de un argumento.

Acabo de terminar Malas Artes, y la recomiendo, sobre todo para estos atardeceres de verano, después del trabajo, a la sombra de un árbol y con una cerveza bien fría a mano.