martes, 18 de septiembre de 2012

Memorias de Adriano

Esta primavera hemos hablado de Robert Graves, de Epicteto, de Marco Aurelio...; en esta misma línea ahora estoy con las Memorias de Adriano, de Margarita Yourcenar, en una magnífica traducción de Julio Cortázar.

Es una novela histórica escrita como una carta que el emperador Adriano dirige a su sucesor. Recopila por tanto su vida, no en forma lineal, sino para que sirva de fuente de consejos y reflexiones. Una de ellas:

"La ficción oficial quiere que un emperador romano nazca en Roma, pero nací en Itálica... La ficción tiene su lado bueno, prueba que las decisiones del espíritu y de la voluntad priman sobre las circunstancias. El verdadero lugar de nacimiento es aquel donde por primera vez nos miramos con una mirada inteligente; mis primeras patrias fueron los libros".

Te das cuenta que dos mil años después somos bastante parecidos: tenemos otros medios técnicos, vivimos más y mejor, pero nos preocupan las mismas cosas.

Es un libro muy recomendable, sobre todo al comienzo de curso, cuando nos hacemos propósitos y nos marcamos objetivos.


jueves, 6 de septiembre de 2012

Capote

Estas vacaciones - cerca del mar, en el sitio de siempre... - he leído bastante, pero no he publicado en el blog, y a la vuelta ya se sabe:  correr para recuperar y volver a lo habitual.

Ahora que estoy haciendo tiempo para ir al aeropuerto a recoger a mi hija, que regresa de hacer su campaña odontológica anual en África, quiero compartir con vosotros una pequeña obra maestra que me ha hecho disfrutar: El arpa de hierba de Truman Capote.

Escrita en primera persona por un joven, Collin, narra de forma ingenua y mágica, pero llena de sabiduría,  la vida en un pequeño pueblo del sur de los Estados Unidos

La primera frase del libro: "¿Cuándo oí hablar por primera vez del arpa de hierba? Bastante antes del otoño ya vivíamos en el cinamomo, así que debió ser a principios del otoño. Y, naturalmente fue Dolly quien me lo dijo. Nadie más pudo tener la ocurrencia de llamar aquello un arpa de hierba."

Y como termina 180 páginas después: "... Y entonces quise compartir con el juez lo que Dolly me había dicho: que la pradera era un arpa de hierba, que recopilaba y contaba; un arpa de voces que recordaban una historia. Escuchamos."

Y un diálogo del medio: "Estábamos hablando del amor... Empieza con eso, aprende un poco lo que es el amor... No es un proceso fácil, compréndelo: puede exigir toda una vida, como me ocurrió a mí, y aún no he logrado dominarlo ni creo que lo haga nunca... Sólo sé esta verdad tan grande:  que el amor es una cadena de amor del mismo modo  que la naturaleza es una cadena de vida."

Ocurre la novela - bastante autobiográfica - en una época del año parecida a la que empezamos, y se nota en el carácter, en el ritmo y en la música de las palabras, por lo que es muy apropiada ahora, y os gustará; incluso a los que ya la habéis leído hace tiempo.