sábado, 12 de septiembre de 2009

Crónica de una muerte anunciada

Es muy difícil lograr crear tensión, y mantener el interés del lector, cuando desde las primeras páginas sabes lo que va a ocurrir, y sin embargo en este magnífico libro, escrito en foma de crónica por un presunto testigo ocular, el autor lo consigue a fuerza de un extraordinario dominio del lenguaje y de una narrativa llena de drama.



Desde el comienzo de la novela: El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo..., hasta el último párrafo: Tropezó en el último escalón, pero se incorporó de inmediato. "Hasta tuvo el cuidado de sacudir con la mano la tierra que le quedó en las tripas", me dijo mi tía Wene. Después entró en su casa por la puerta trasera, que estaba abierta desde las seis, y se derrumbó de bruces en la cocina..., vas pasando cada una de las casi 200 páginas sorprendido y maravillado por lo que sucede.


Tema principal: la fatalidad. Todo el pueblo, menos el interesado, sabía que le buscaban para matarlo, todos lo querían impedir, y al final, por una serie de sucesos - casi todos fortuitos - los hermanos Vicario le asesinaron.


Esta obra madura de García Márquez, publicada 6 años después que El otoño del patriarca, es una de mis favoritas.

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