sábado, 17 de marzo de 2012

Camilleri

Andrea Camilleri es otro de mis escritores favoritos. Mi gusto por la novela negra ya ha quedado patente en este blog: hemos hablado de Donna Leon, Henning Mankell, Philip Kerr, Dashiell Hammelt; recientemente de Petros Márkaris.

Acabo de terminar El olor de la noche; antes había leído La forma del agua, La voz del violín, El ladrón de meriendas... El protagonista - Salvo Montalbano - es un comisario entrañable, de vida propia: con sentimientos -casi todos buenos pero no siempre -, estados de humor, aciertos y chapuzas, manías y limitaciones...; buen compañero, peor subordinado, regular novio, estupendo policía, con buen paladar.

En los libros se mezcla la intriga en cuestión con el día a día, la resolución de los crímenes con las incursiones a la trattoria San Calogero, duros interrogatorios con la degustación de los platos que le deja en la nevera su asistenta Adelina. Todas sus aventuras están llenas de ternura, de sentido del humor, de sabiduría práctica, de filosofía mediterránea...

El autor hace además un agudo análisis psicológico, no solo de los criminales y las víctimas, sino de todos los que aparecen por sus páginas: camareros, oportunistas, gente de mala vida, madres de todas las edades, jubilados... Tres personajes para el recuerdo en este libro: Mariastella, Tomassino y Michela.

Estoy trabajando en mi nueva novela: una policiaca escrita en primera persona que también ocurre en una isla con mucha personalidad, y la lectura de este libro me está ayudando mucho a darle el enfoque que quiero.

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