sábado, 23 de mayo de 2009

La Ciudad de los prodigios

Había leído todas las novelas de Mendoza excepto ésta, que estaba sin embargo bien visible en la librería de casa desde hacía años, y a pesar de su longitud, y de que casi no tiene puntos y aparte, me ha divertido mucho, como esperaba de antemano. Trata de Barcelona entre las dos Exposiciones Universales (1888 y 1929), y como todos los buenos libros contiene descripciones cuya validez salta el tiempo, y nos hace comprender que las conductas se repiten.
Al referirse a la especulación inmobiliaria con el establecimiento del Ensanche dice lo siguiente: "... hay que recordar que los barceloneses eran una raza eminentemente mercantil..., y a ellos la vivienda en sí les importaba un bledo..., en cambio la perspectiva de ganar dinero en poco tiempo les excitaba: era su canto de sirenas. A esta especulación sin freno no se dedicaban únicamente quienes tenían la vida asegurada, y aún cierto superávit que poner a trabajar, como se decía entonces, sino también muchas personas menos afortunadas. Estas últimas arriesgaban lo esencial y lo necesario tratando de enriquecerse..."
Su personaje principal, Onofre Bouvila, escrito en la mejor tradición de la novela picaresca española, pasa de vendedor ambulante de crecepelo y repartidor a sueldo de propaganda anarquista a la cima del poder económico y delictivo, describiendo de pasada la transformación de la ciudad en estos años. Entre los secundarios hay varios elementos de ambos sexos que también se os quedarán en la memoria al terminarla.
Aprovecho para deciros que el domingo 31 de siete a nueve de la tarde estaré en la Feria del Libro firmando ejemplares, y si os pasáis por allí ya sabéis dónde encontrar un amigo.

No hay comentarios: