martes, 21 de junio de 2011

Agujero negro

Hace unos días leí que en la constelación Draco se había observado un "agujero negro" que se estaba tragando una estrella situada a cuatro mil millones de años luz de distancia de nosotros: es decir que estábamos observando un fenómeno astronómico sucedido hace cuatro mil millones de años. Puse esta noticia en relación al inmenso cielo que había observado en el desierto de Atacama hace unos meses: inmenso por la cantidad de estrellas que se podían ver a pesar de tener casi luna llena, y por la claridad y proximidad con la que se veían; lo que me hizo filosofar sobre la pequeñez de nuestro mundo y lo poco que sabíamos del universo.

Recordé que en mi biblioteca tenía un libro titulado precisamente Agujeros Negros, de John G. Taylor, que había leído en mi época de universidad, cuando estaba atrapado por la Física: la microscópica y la macroscópica. Tardé en encontrarlo pero no me desilusionó; al revés me pareció apasionante. Desde luego no lo pude seguir como cuando tenía 20 años: está claro que nuestro disco duro va borrando datos y girando más lento, pero sí lo suficiente como para comprender mejor las cosas, y ponernos en nuestro sitio, Crisis incluida.






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