Esta novela histórica narra los viajes del Beagle al mando del capitán FitzRoy, con la misión de cartografiar las costas meridionales de América del Sur, y en concreto la Tierra de Fuego. En 1831 admite a bordo a un jovencísimo naturalista, Charles Darwin, cuyos descubrimientos en esa singladura transformarían al mundo
Según leía este magnífico libro, tiraba de un atlas, para recorrer los sitios por donde iba el barco, y al verlo pude comprobar como algunos países - Reino Unido, Francia, Estados Unidos - siguen manteniendo en la actualidad la soberanía de islas estratégicamente situadas en todos los océanos del planeta; muchas de estas islas tienen nombre español, por lo que es de suponer que fueron descubiertas por españoles, y sin embargo la falta de interés de nuestros dirigentes y el declive general hicieron que pasaran a otras manos.
El autor, Harry Thompson, fallecido a muy temprana edad hace tres años, logra en esta novela recrear no solo la cultura y los ambientes del periplo, sino los debates filosóficos de la época. Los diálogos de Darwin con FitzRoy, por ejemplo, no tienen desperdicio. Las 800 páginas se os harán cortas.